He vuelto a ceder
en las esquinas de mi alma,
la maldita elíptica
que embriona mi agonía
Nada me ha podido liberar
de tu escabrosa lujuria,
que con violencia
arañaba en mis labios,
esa encrestada marca
que esculpiste sin limites
ni descansos
Solo…es en tus ojos,
en tu piel ,en tu sangre,
en los huesos de tu paladar,
que me acentúan
el ruido del dolor y el deseo ,
solo ahí…
gozo y padezco
Eres fuerza imprevista
que me absorbe a los suplicios,
placenteros...eternos,
a envolverme con tu demencia,
esa misma que me ahoga el alma,
y estruja mis senos
en las vocales de tu lengua
Y no creía ...
en los encantamientos del destino,
y de el ,escribí tus ausencias,
forjaba invisibles perversiones,
articuladas estacas
en las muchas noches
que fijaban mis vértigos,
sin tu ritmo poético
Inventaba.. esas idiotas pinturas,
que mi mente ejercía en mi cuerpo,
bebía la liquida sangre
la de mis propias heridas,
y al fin encontraba placer
en mi torturada carne
Aun hoy, humea en mi rostro
la visión de tu fuego en mis ojos,
y estalla sin dirección
el nervio del deseo
Ya no distingo...
las amontonadas heridas,
ni si mi vida se extingue,
ni si sobrevivo
deformada de ansiedades
en la nada
si los malditos días
son moneda sin cruz ni cara,
si el aire aturde la esperanza
De aquí..
si debo temer,
lo que vomita mi ignorancia
porque…
todo lo que mis ojos observan,
oscila en ti
y en mi desangrada
alma
Dama Negra